Ciudad de México, a 08 de octubre de 2024
TRANSCRIPCIÓN DE LA INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO VÍCTOR MANUEL PÉREZ DÍAZ, PARA REFERIRSE A FAVOR DEL DICTAMEN QUE REFORMA EL PÁRRAFO CUARTO Y SE ADICIONA UN PÁRRAFO QUINTO, AL ARTÍCULO 28 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, EN MATERIA DE VÍAS DE TRANSPORTE FERROVIARIO.
DIPUTADO VÍCTOR MANUEL PÉREZ DÍAZ (VMP): Con su permiso, presidenta.
Estoy convencido que el Estado mexicano tiene la primerísima obligación de brindar oportunidades de mejor y mayor seguridad, opciones accesibles, sobre todo, en términos de economía personal y familiar en cuestión de movilidad, pero también estoy seguro de que esas opciones deben ser creadas con responsabilidad en el modelo económico para beneficiar a la mayoría en términos de modernidad, en términos de seguridad y transparencia en la aplicación de los recursos.
Si le vamos a proponer a los mexicanos un plan ferroviario de pasajeros mocho, ahí como que sacándole la vuelta a una vía, sin estudios técnicos y que pueda convertirse en un elefante blanco, como ya lo hemos, como ya lo ha marcado la historia de México en muchos proyectos fallidos, pues va a estar complicada esta reforma.
Hoy me presentó ante este pleno para cuestionar la reforma al artículo 28 de nuestra Constitución, que pretende que el Estado mexicano retome el derecho de utilizar las vías ferroviarias para prestar el servicio del transporte de pasajeros, derecho que actualmente ya está vigente en la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario y en los títulos de concesión que se otorgan para este fin.
Es decir, ya pudieron haber hecho uso de esta prerrogativa aún sin la reforma, pero se debe asegurar que con el alcance que busca esta reforma no se comprometa la eficiencia y sostenibilidad del sistema ferroviario en su conjunto. Es crucial considerar el impacto ambiental y la necesidad de una infraestructura moderna y bien mantenida para garantizar la seguridad y la competitividad del transporte ferroviario.
Hay que reconocer la importancia de un sistema eficiente para el desarrollo económico de nuestro país, pero es fundamental también cuestionar las consecuencias de implementar esta reforma sin el análisis técnico y estructural necesario.
Preguntamos. Tendremos sobrecostos, como pasó con el Tren Maya, que, para este año, para el 2024, habrá gastado casi 511 mil millones de pesos, que representan 3.3 los 156 mil millones de pesos presupuestados originalmente. Esto es de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad.
Obligar a compartir las vías actuales con trenes de pasajeros podría afectar la logística y eficiencia del transporte de carga, que es vital para nuestra economía. Y también podría generar problemas de seguridad para los usuarios. Las vías actuales están diseñadas y gestionadas con un enfoque claro hacia la carga. Por eso la preocupación de la factibilidad de un plan con perspectiva romántica o ideológica.
Cambiar este esquema sin un plan alterno, podría traer colapsos y accidentes, ya que la mercancía que cargan los vagones se tendría que trasladar a las carreteras del país, aumentando el tránsito de transporte de carga, sector que también actualmente atraviesa por un déficit de operadores y una deficiente infraestructura carretera. La reforma, creo, debe incorporar consideraciones técnicas adecuadas para maximizar su efectividad, y no basarse en una perspectiva, insisto, ideológica. Por ejemplo, otorgar preferencia a los trenes de pasajeros sin un sustento técnico operativo, puede llevar a interpretaciones erróneas sobre cumplimentación, poniendo en riesgo un sector fundamental también para el desarrollo económico y social, como lo es el ferrocarril de carga.
Es relevante tomar en cuenta que el problema no radica en la legislación, sino en su implementación, en los altos costos, tanto de inversión como operativos, que requieren los trenes de pasajeros, los cuales ocupan subsidios, aunque esto sea una práctica internacional. Es decisivo entender de dónde provendrá el presupuesto para estos subsidios. Ese es un tema que debe ser atendido y que debe ser tratado con mucha, mucha responsabilidad. Esta situación subraya la necesidad de una planificación financiera sólida y sostenible para garantizar la viabilidad de los proyectos de transporte de pasajeros sin comprometer otros sectores esenciales.
Señoras y señores diputados, no estamos en contra del desarrollo del transporte ferroviario de pasajeros; al contrario, lo apoyamos firmemente. Pero debemos hacerlo con responsabilidad. Apoyamos todo el plan de trenes y de infraestructura ferroviaria de pasajeros, sobre todo el tren México-San Luis Potosí-Monterrey y Nuevo Laredo. Sin embargo, reitero: esta reforma de muchas maneras es ociosa y oficiosa, y ocupa un análisis técnico profundo, con la participación de expertos en infraestructura, seguridad ferroviaria y economía. Aun así, la bancada de Acción Nacional va a apoyar la presente reforma.
Gracias, presidenta.
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