Hace justo un año en la Ciudad de México comenzaba una crisis que pondría de cabeza no sólo a las autoridades capitalinas, sino a los ciudadanos en general. Un brete ambiental que comenzó con precontingencias, hasta que alcanzó el nivel de contingencia —derivado de cambios en la medición de estas últimas—, lo que provocó la salida de circulación de varios vehículos con un forzado doble Hoy No Circula que puso en jaque a la ciudad.

Las medidas emergentes, sin duda escandalosas, quedan en el olvido. Fueron nota de ayer. Ya no valen. Lo que importa es la noticia de mañana. El factor que detonará los encabezados. Por ello la relevancia de tomar las acciones que conduzcan a un mejor panorama que el del año pasado.

De ahí que se reconozcan las medidas focalizadas. Las acciones generalizadas también. El acto de un gobierno local o estatal, que actúa ante la pasividad de un gobierno federal que sólo reacciona porque es incapaz de prevenir. Actuar antes de la crisis. Generar estrategias para que la dificultad no se presente.

El Gobierno de la Ciudad de México anunciaba, hace apenas un par de meses, una estrategia para disminuir el consumo de gasolina, reducir niveles de contaminación y, en general, medidas que, al plazo, ayuden a tener una mejor calidad del aire.

Entre estas acciones destacó la conversión de mil 500 vehículos oficiales para que utilicen gas natural en vez de gasolina y, con ello, también la instalación de diez estaciones de abastecimiento del combustible. Además, hospitales y centros penitenciarios que utilicen diésel o gas LP también serán modernizados para usar gas natural. Medidas que, a la larga, representarían un ahorro de, por lo menos, 80 millones de pesos y, en alguna medida, una disminución de las emisiones contaminantes.

De acuerdo con estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), la contaminación nos cuesta al año, a todos, aproximadamente cuatro mil 123 millones de pesos a nivel nacional. La contaminación no es, ni por cerca, un problema exclusivo de la Zona Metropolitana del Valle de México.

Del 1 de enero de 2010 al 24 de septiembre de 2013 se habrían acumulado 19 mil 242 muertes prematuras y 53 mil 191 hospitalizaciones como consecuencia directa de la contaminación a nivel nacional. Cifras no menores y que no acaparan las portadas de los medios, como una sociedad encolerizada por una doble restricción al parque vehicular.

Y, en este escenario, ¿en dónde se encuentra el gobierno federal? A paso lento. Será hasta dentro de dos años que veremos la verificación vehicular a nivel nacional. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) destinará 160 millones de pesos para la conversión a gas natural sólo de vehículos nuevos de transporte público. No sé si es mucho o poco, pero el plan es llegar al 2030 a los niveles de contaminación que marca la Organización Mundial de la Salud.

Así que bien, tenemos aún 13 años para que el gobierno federal y sus sucesores encuentren la voluntad final para alinearse a las mejores acciones de cuidado al medio ambiente.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/federico-doring/2017/03/05/1150197